Donde nace la mazurca
Museo de Castejón y Centro Cultural Sasasate
Sinopsis
El legado musical que Polonia ha aportado al mundo es sin duda de los más amplios y de mayor alcance. Mazurcas, originales de un contexto rural y fuente de inspiración para versiones por todo el mundo, desde Suecia a Filipinas, pasando por Cabo Verde y América Latina, y polonesas, danzas asociadas a las clases nobles, eran ya términos de difusión global, mucho antes de la era de la información, sistematizadas y elevadas al contexto de la música erudita occidental por autores referenciales, como el romántico Frédéric Chopin, y por otros muchos, no polacos también, como Telemann, Músorgski, Débussy, Ravel, Scriabin, Borodin, Dvořák o Schubert.
¿Qué honda emoción subyace a una música que ha subido a los palacios y ha bajado a las cabañas, que ha recorrido siglos y continentes, en una transmutación inconclusa? Es la misma emoción, a veces contenida, a veces arrebatada, de la música que nos ofrecen Janusz Prusinowski Kompania.
Janusz ha encontrado esa emoción precisamente en los portadores de esa herencia popular, en sus fuentes vivas, que son los viejos músicos rurales. Desde de su punto de vista contemporáneo, con ese profundo conocimiento unido a una gran destreza técnica, dan un paso adelante para crear un nuevo repertorio que crea belleza y verdad.
Janusz Prusinowski es violinista, toca el acordeón polaco, el cimbalón y canta con una naturalidad como quien respira. Piotr Piszczatowski aporta la percusión, con sus patrones imprevisibles que el cuerpo acaba sintiendo como evidentes. Michał Żak es responsable de los vientos, toca flauta, clarinete y una chirimía que recuerda a las dulzainas más arabizantes de la música del Levante ibérico. Piotr Zgorzelski toca el muy peculiar bajo folk, cuya forma es más bien la de un violoncello y ejerce con destreza de maestro de baile cuando el contexto se presta a ella. El sonido nostálgico y desgarrador de la trompeta es a cargo de Szczepan Pospieszalski.
El trabajo de Janusz durante 20 años en la búsqueda de esos viejos maestros, así como su labor de fundador y director artístico del Festival Mazurcas del Mundo, en Varsovia, le han hecho valedor de la medalla de bronce Gloria Artis, del Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional polaco, en diciembre de 2014.
El grupo ha presentado su directo y han desarrollado talleres de danzas tradicionales en teatros, festivales al aire libre, museos,… por toda Europa, en Canadá y Estados Unidos, donde han tocado en templos de la música como el Carnegie Hall de Nueva York o el Chicago Symphony Center, y en Asia, y han sido parte de la selección artística de la feria mundial más importante de músicas del mundo: Womex Salónica 2012 y Womex Cardiff 2013. Con ellos se abre un nuevo ciclo en la larga historia de la conquista global de la música polaca.